Alejandro Rodríguez Juele
La historia de mis historietas

viernes, 22 de agosto de 2014

Terra

A fines de 2013 publiqué en Lento, la revista de la diaria, una historieta de tres páginas titulada Terra. Era parte de un ciclo en el que varios autores uruguayos y argentinos se fueron alternando en las páginas de la revista con pequeñas historias autoconclusivas. Recuerdo las historietas de Nico Peruzzo, de Santullo y Hansz, de Ciccariello, de Roy y Lauri Fernández.


A fines de ese año Gabriel Lagos, editor de la revista, me consultó si tenía pensada una continuación de la historia del personaje Terra. Le contesté que de hecho esas tres páginas eran una especie de prólogo o backstory de un relato más largo que tenía en mente. Gabriel me ofreció el espacio en la revista para publicar esa historia durante todo 2014, a razón de tres páginas mensuales. No estaba en mis planes escribir y dibujar Terra en un año que ya en diciembre se anunciaba lleno de trabajo, pero oportunidades como esa no se presentan muy a menudo, así que dije que sí.

En abril de 2013 salieron las primeras tres páginas del primer capítulo de Terra, que se titula Cielo. En el próximo número - en setiembre - llegarán a 15 y cuando se cumple el año de publicación serán unas 36 páginas. Confío que a esa altura el relato habrá cobrado la consistencia que en las primeras páginas aún no tiene.

Pero, ¿quién es Terra? Hasta el momento se sabe que es un electricista, cuarentón y pelado, que tiene el inusual don de ser inmune a la corriente eléctrica. En el prólogo aparece en 1974, colaborando en su rol de electricista en un episodio de tortura en plena dictadura. En este primer capítulo lo encontramos dieciséis años más tarde, viviendo solo en un barrio suburbano de Montevideo. Un poco contra su voluntad se ve involucrado en la muerte de un joven ladrón de cables. Gracias a su extraña capacidad logra salvar a una chica - Cielo - de morir electrocutada.

Terra es el resultado de varias cosas que tenía interés en narrar. Quería contar una historia ubicada en los años 90, en ese punto de la historia uruguaya en que las esperanzas que hicieron eclosión a la salida de la dictadura se quebraron de golpe. La derrota del plebiscito contra la Ley de Caducidad en 1989 marcó el fin de una era de efervecencia política y cultural. El triunfo electoral de las corrientes neoliberales fue reflejo de un giro en la sociedad uruguaya, quizás cansada de tanta militancia con tan pocos resultados palpables. La caída del Muro de Berlín, la desaparición de la URSS, el acceso de la izquierda uruguaya al gobierno de Montevideo, todos esos hechos marcaron el fin de una época de cierta inocencia.



También quería contar una historia ubicada en un barrio periférico de la ciudad. Me interesan estéticamente esas calles en las que sobreviven ranchos de lata de principio del siglo XX, mezclados con las pretensiosas fachadas de los años 30 y las modernas casas de azotea de los años 50 y 60. Todo uniformizado por la ruina y el deterioro, por las reformas caseras, las ampliaciones sin terminar, el crecimiento descuidado de los jardines. Esos barrios en los que en cada cuadra hay un esqueleto de auto apoyado sobre cuatro troncos, en una lucha dramática entre el óxido y la voluntad de su dueño de reconstruirlo.

El símbolo gráfico de esos barrios son los cables, las columnas, los aisladores, los transformadores. Todo esa red que en los barrios más céntricos corre adosada a las paredes y oculta bajo las veredas, queda al descubierto en el suburbio, como venas y huesos sin carne ni  piel que los cubra.


Por último, quería contar una historia de superhéroes. Eso es básicamente Terra, desde el punto de vista estructural. La inmunidad a la electricidad le da al protagonista un poder que lo separa del resto de la humanidad. La respuesta emocional de Terra es caer en el aislamiento - para usar un término eléctrico - situándose por fuera del bien y el mal. La historia va a ir develando que no lo logra, que la neutralidad no es posible.

Terra como superhéroe tiene un origen mítico: la caída de un rayo que mata a su hermanita y lo perdona a él. También tiene un supervillano, el recién aparecido Carbonell. A medida que avance la historia Terra deberá tomar la inevitable decisión de todo héroe, la que Gabriel Lagos señaló en Lento usando la famosa frase "un gran poder implica una gran responsabilidad".

O quizás es una decisión que Terra ya tomó sin darse cuenta.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Completamos el Ciclo Artiguista en Bandas Orientales.

Con la hermosa historieta "En Paraguay" de Santullo y Bergara dimos fin al largo arco narrativo que comenzamos en 2011 con "El Grito de Asencio". Lo que arrancó como un proyecto de once episodios sobre los hechos históricos de 1811 se transformó en una colección de 44 historietas de más de 20 autores diferentes, publicadas a lo largo de tres años. Con Nico Peruzzo y Victoria Saibene estamos muy orgullosos del fruto de nuestro trabajo. Hemos aprendido mucho sobre las posibilidades del medio, sobre gestión de proyectos culturales, sobre el arduo trabajo del editor que tiene que negociar con los autores para mantener una línea editorial y narrativa coherente.
De todas las experiencias que vivimos en estos 36 meses, quiero destacar tres.
La primera es el entusiasmo con que el equipo de la Comisión del Bicentenario apoyó nuestro proyecto. A partir del financiamiento del primer año de Bandas Orientales por el Fondo Bicentenario, siempre fueron los primeros en difundir nuestro trabajo, en retuitear cada vez que publicábamos un episodio, en darnos consejos y en proponernos nuevos proyectos.
La segunda son los talleres que hicimos con docentes, tanto maestros de escuela como profesores de historia, de dibujo y de literatura en liceos. Salvando la brecha que existe entre los generadores de recursos educativos y los docentes en sus aulas, nos encontramos con gente ávida de materiales como Bandas Orientales, que sean a la vez atractivos para los alumnos y rigurosos en el contenido. Al comienzo temíamos que al tratarse de historietas, nuestro proyecto no fuera tomado en serio. Nada más errado. Nos encontramos con docentes conocedores del medio cómic, confesos lectores de historietas (Asterix es un nombre que siempre surge en el diálogo) y agradecidos por recibir nuestro material en forma gratuita.
La tercera experiencia fue la confirmación de que contar en historietas la historia de nuestro país - y de los vecinos - es una excelente forma de enseñar a los niños y adolescentes de dónde venimos y por qué somos como somos. Una muestra de ésto es del comentario que nos dejó Gabi en agosto de 2011: "no sabia que ubiera pasado cosas intersantes en nuestro pais :)" (sic).
A todos los guionistas, dibujantes y coloristas que participaron en Bandas Orientales a lo largo de las tres temporadas, a todos los lectores que nos dejaron comentarios, a todos los docentes que usaron nuestras historietas en clase, ¡muchas gracias! Y estén atentos a las novedades de Bandas Orientales en los próximos meses.